Aunque al principio nos parecía un poco rollo, tenemos que admitir que al final hemos acabado disfrutando mucho con esta actividad. Todas las tardes después de comer teníamos un rato para poder escribir notas y mensajes a nuestros compañeros, a los monitores etc. Y no por Whasapp, si no por el método tradicional. Papel, bolígrafo y buzón. Todas las tardes los monitores tenían que recoger los mensajes en una caja ya que los mensajes que nos enviábamos se salía por la boca del buzón. Y luego por las noches antes de ir a dormir, se entregaban y leían los mensajes escritos. Y claro como es normal estábamos deseando volver a coger el bolígrafo y el papel para responder a nuestros compañeros. Es una buena manera de ocupar los pequeños ratos libres que nos quedan en Naturávila.